DENUNCIA IRREGULARIDADES EN SEGURIDAD
Denuncias de instrusismo e irregularidades en materia de Seguridad Privada: http://www.vigias.org.es/denuncia.html elagentedeseguridad@gmail.com
Conectarse
Últimos temas
Redes Sociales
La mujer, la igualdad y el hombre.
Página 1 de 1.
La mujer, la igualdad y el hombre.
La mujer sólo alcanzará su plena realización existencial cuando se comporte con autenticidad respecto de su condición femenina. Porque para la mujer, ser mujer debe serlo todo. Y lo demás, sólo es lo demás.
La lucha por la igualdad entre los sexos en derechos y deberes ha sido larga, dura y cruenta, jalonada incluso por la muerte de mujeres valientes, que en tiempos difíciles dieron su vida por la consecución de tal ideal. Basta recordar a Olympe Marie de Gouges, guillotinada en 1791, por pretender que la Declaración de Derechos del «hombre y del ciudadano» se aplicara también a las mujeres. Gracias a ellas, hoy existe una igualdad al menos formal, reconocida en nuestra Carta Magna, y pueden acceder prácticamente a cualquiera de los trabajos realizados por los hombres.
Sin embargo, como señaló Sigrid Undset, feminista de inicios del siglo XX, «el movimiento feminista se ha ocupado tan sólo de las ganancias y no de las pérdidas de la liberación». Y es que, en este arduo proceso hacia la igualdad, las mujeres han sufrido un enorme daño colateral, al dejar en el camino algo que les es consustancial: la esencia femenina, la feminidad.
Asumen de forma espontánea, y sin queja alguna, que los roles masculinos eran los justos y oportunos, que debían imitarlos para lograr la igualdad, que eran ellas , y no nosotros , los que teníamos que cambiar. Y así se hizo , ocultando sentimientos y afectividad por miedo a ser tachadas de débiles o blandas, intentando ser frías y competitivas y adoptando un aspecto varonil, traicionándose a si mismas , sacrificaron el alma femenina , a cambio de ser aceptadas en el universo masculino y se transformaron en «hombretonas», imitando los comportamientos y maneras de vestir de los varones.
Recordemos cómo la gran jurista Concepción Arenal, a mediados del XIX, accedió a las aulas de Derecho de la Universidad Complutense bajo ropajes de caballero, para colmar su deseo e interés por esta licenciatura. O cómo Clara Campoamor, en 1931, para lograr el derecho al sufragio femenino, renunció expresamente a su condición de mujer: «Señores Diputados: Yo, antes que mujer, soy ciudadano».
Las feministas igualitaristas de los años 70, con el pensamiento de Simone de Beauvoir como bandera, y los defensores del actual feminismo «de género» (según el cual la feminidad y la masculinidad son construcciones sociales y, en consecuencia, los seres humanos somos neutros o sexualmente polimorfos) han logrado que la sociedad asuma la idea de que trabajar en casa, ser buena esposa y madre es atentatorio contra la dignidad de la mujer, algo humillante que la degrada, esclaviza e impide desarrollarse en plenitud. Y que, para ser una mujer moderna, es preciso previamente liberarse del yugo de la feminidad, en especial, de la maternidad entendida como un signo de represión y subordinación: la tiranía de la procreación.
Esta ideología, que ha calado con enorme fuerza en las más altas instancias políticas, ha provocado el desprestigio e incluso el desprecio hacia las mujeres que trabajan en su casa o cuidan de sus hijos, que resultan estigmatizadas, considerándolas poco atractivas o interesantes y nada productivas para la sociedad; frente a aquellas otras mujeres que renuncian a la maternidad o al cuidado personalizado de sus hijos desde sus primeros días de vida, que aparecen ante la opinión pública como heroínas, auténticas mujeres modernas, que lejos de esclavizarse «perdiendo el tiempo» en la atención a sus retoños, se entregan plenamente a su profesión, por la que lo sacrifican todo, lo que las libera y convierte en estereotipos de la emancipación femenina.
Esta estereo-tipificación inversa, favorecida por la actitud de algunas líderes políticas, distorsiona la imagen y perjudica la vida familiar de la mayoría de las mujeres «de a pie», pues favorece la organización de la vida profesional como si las mujeres no fueran madres y como si los trabajadores no tuvieran obligaciones familiares; dificultando así un cambio de mentalidad sobre la importancia real de la maternidad, tanto para la mujer en sí, como para la institución familiar, base incuestionable de la sociedad, sin el cual, nunca podrán adoptarse medidas verdaderamente conciliadoras para la vida familiar y laboral.
Lejos del mundo idealizado de las imágenes estereotipadas de mujeres hiperliberadas que gozan exultantes de su elevada vida profesional que nos trasmiten los medios, en la vida real, nos encontramos actualmente con demasiadas mujeres que, gozando de un rotundo éxito profesional, se sienten, sin embargo, personalmente frustradas e insatisfechas, cansadas de imitar los modos de actuar masculinos, atadas a unos roles que no les pertenecen y que no encajan en su esencia más profunda. Mujeres que se han esforzado por cumplir sus funciones «exactamente como un hombre» y a las que su naturaleza, rechazada y reprimida, luego se hace valer en forma de depresión, ansiedad e infelicidad.....
LA MUJER AL DIA DE HOY SIGUE BUSCANDO SU LUGAR....
A veces los hombres lo miramos con ojos tan simplista Y NO ES ASI.... lograr el VERDADERO LUGAR EN LA SOCIEDAD SIENDO ELLA, no es sencillo.
un fuerte abrazo a todas las mujeres que codo a codo curran con nosotros en seguridad.
Vuelo
La lucha por la igualdad entre los sexos en derechos y deberes ha sido larga, dura y cruenta, jalonada incluso por la muerte de mujeres valientes, que en tiempos difíciles dieron su vida por la consecución de tal ideal. Basta recordar a Olympe Marie de Gouges, guillotinada en 1791, por pretender que la Declaración de Derechos del «hombre y del ciudadano» se aplicara también a las mujeres. Gracias a ellas, hoy existe una igualdad al menos formal, reconocida en nuestra Carta Magna, y pueden acceder prácticamente a cualquiera de los trabajos realizados por los hombres.
Sin embargo, como señaló Sigrid Undset, feminista de inicios del siglo XX, «el movimiento feminista se ha ocupado tan sólo de las ganancias y no de las pérdidas de la liberación». Y es que, en este arduo proceso hacia la igualdad, las mujeres han sufrido un enorme daño colateral, al dejar en el camino algo que les es consustancial: la esencia femenina, la feminidad.
Asumen de forma espontánea, y sin queja alguna, que los roles masculinos eran los justos y oportunos, que debían imitarlos para lograr la igualdad, que eran ellas , y no nosotros , los que teníamos que cambiar. Y así se hizo , ocultando sentimientos y afectividad por miedo a ser tachadas de débiles o blandas, intentando ser frías y competitivas y adoptando un aspecto varonil, traicionándose a si mismas , sacrificaron el alma femenina , a cambio de ser aceptadas en el universo masculino y se transformaron en «hombretonas», imitando los comportamientos y maneras de vestir de los varones.
Recordemos cómo la gran jurista Concepción Arenal, a mediados del XIX, accedió a las aulas de Derecho de la Universidad Complutense bajo ropajes de caballero, para colmar su deseo e interés por esta licenciatura. O cómo Clara Campoamor, en 1931, para lograr el derecho al sufragio femenino, renunció expresamente a su condición de mujer: «Señores Diputados: Yo, antes que mujer, soy ciudadano».
Las feministas igualitaristas de los años 70, con el pensamiento de Simone de Beauvoir como bandera, y los defensores del actual feminismo «de género» (según el cual la feminidad y la masculinidad son construcciones sociales y, en consecuencia, los seres humanos somos neutros o sexualmente polimorfos) han logrado que la sociedad asuma la idea de que trabajar en casa, ser buena esposa y madre es atentatorio contra la dignidad de la mujer, algo humillante que la degrada, esclaviza e impide desarrollarse en plenitud. Y que, para ser una mujer moderna, es preciso previamente liberarse del yugo de la feminidad, en especial, de la maternidad entendida como un signo de represión y subordinación: la tiranía de la procreación.
Esta ideología, que ha calado con enorme fuerza en las más altas instancias políticas, ha provocado el desprestigio e incluso el desprecio hacia las mujeres que trabajan en su casa o cuidan de sus hijos, que resultan estigmatizadas, considerándolas poco atractivas o interesantes y nada productivas para la sociedad; frente a aquellas otras mujeres que renuncian a la maternidad o al cuidado personalizado de sus hijos desde sus primeros días de vida, que aparecen ante la opinión pública como heroínas, auténticas mujeres modernas, que lejos de esclavizarse «perdiendo el tiempo» en la atención a sus retoños, se entregan plenamente a su profesión, por la que lo sacrifican todo, lo que las libera y convierte en estereotipos de la emancipación femenina.
Esta estereo-tipificación inversa, favorecida por la actitud de algunas líderes políticas, distorsiona la imagen y perjudica la vida familiar de la mayoría de las mujeres «de a pie», pues favorece la organización de la vida profesional como si las mujeres no fueran madres y como si los trabajadores no tuvieran obligaciones familiares; dificultando así un cambio de mentalidad sobre la importancia real de la maternidad, tanto para la mujer en sí, como para la institución familiar, base incuestionable de la sociedad, sin el cual, nunca podrán adoptarse medidas verdaderamente conciliadoras para la vida familiar y laboral.
Lejos del mundo idealizado de las imágenes estereotipadas de mujeres hiperliberadas que gozan exultantes de su elevada vida profesional que nos trasmiten los medios, en la vida real, nos encontramos actualmente con demasiadas mujeres que, gozando de un rotundo éxito profesional, se sienten, sin embargo, personalmente frustradas e insatisfechas, cansadas de imitar los modos de actuar masculinos, atadas a unos roles que no les pertenecen y que no encajan en su esencia más profunda. Mujeres que se han esforzado por cumplir sus funciones «exactamente como un hombre» y a las que su naturaleza, rechazada y reprimida, luego se hace valer en forma de depresión, ansiedad e infelicidad.....
LA MUJER AL DIA DE HOY SIGUE BUSCANDO SU LUGAR....
A veces los hombres lo miramos con ojos tan simplista Y NO ES ASI.... lograr el VERDADERO LUGAR EN LA SOCIEDAD SIENDO ELLA, no es sencillo.
un fuerte abrazo a todas las mujeres que codo a codo curran con nosotros en seguridad.
Vuelo
Vuelorasante-
Cantidad de envíos : 63
Fecha de inscripción : 16/04/2010
Edad : 65
Localización : Madrid
Empleo /Ocio : VS
Humor : Depende.
Temas similares
» Absuelto por sufrir "celos delirantes" un hombre que intentó quemar a su mujer
» La madre no tendrá prioridad en la custodia de hijos en divorcios sin acuerdo en Aragón
» Igualdad de condiciones
» La mujer que enseñaba a las mujeres
» Los jueces acusan a Igualdad de culparles de los efectos de la violencia de género
» La madre no tendrá prioridad en la custodia de hijos en divorcios sin acuerdo en Aragón
» Igualdad de condiciones
» La mujer que enseñaba a las mujeres
» Los jueces acusan a Igualdad de culparles de los efectos de la violencia de género
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Nov 12, 2020 10:54 am por Biutre
» Real Decreto 926/2020, de 25 de octubre, por el que se declara el estado de alarma para contener la propagación de infecciones causadas por el SARS-CoV-2.
Lun Oct 26, 2020 1:52 pm por El Agente SP
» El convenio de seguridad privada supondrá una merma de poder adquisitivo del 27%, según sindicato del sector
Mar Sep 29, 2020 12:28 am por El Agente SP
» RESOLUCIÓN SLT/1648/2020, de 8 de julio, por la que se establecen nuevas medidas en el uso de la mascarilla para la contención del brote epidémico de la pandemia de COVID-19.
Jue Jul 09, 2020 10:05 am por El Agente SP
» Un vigilante de seguridad evita una agresión por violencia de género en un tren de cercanías de Santander
Sáb Jun 20, 2020 1:35 pm por El Agente SP
» El papel de la seguridad privada en una crisis sin precedentes
Vie Mayo 29, 2020 12:19 pm por El Agente SP
» Guia Buenas prácticas en los centros de trabajo
Jue Abr 16, 2020 11:47 am por El Agente SP
» Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio.
Mar Mar 17, 2020 4:32 pm por El Agente SP
» Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Mar Mar 17, 2020 4:13 pm por El Agente SP
» Los afectados por ERTE cobrarán el paro sin que compute el tiempo de prestación
Mar Mar 17, 2020 3:36 pm por El Agente SP