ANTE LA PEDERASTIA...DENUNCIA

El silencio es el principal aliado de quien abusa
Ante la pederastia, denuncia
El autor del único estudio sobre pederastia en España recomienda denunciar
Félix López dice que la polémica está derivando en a favor y contra la Iglesia
Cree que la Iglesia debe crear una comisión de investigación sobre abusos
"Hay que denunciar siempre" defiende el catedrático de Sexualidad de la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca y autor del único estudio a nivel nacional sobre pederastia en España, publicado en 1995, Félix López Sánchez, como respuesta a los casos de abusos que salpican estos días a la Iglesia Católica. Hasta el momento, esta Iglesia ha optado por silenciar y, en última instancia y en ocasiones muy determinadas, pedir perdón por los casos de sacerdotes que han abusado sexualmente de menores en las últimas décadas.

El debate de los abusos a menores ha derivado entre los que están a favor de la Iglesia y los que están en contra "y ello no conduce a nada". En opinión de este experto en sexualidad, la Iglesia debe darse cuenta de que cometió muchos errores y debe afrontar mejor este tema, que no se soluciona con pedir sólo perdón. "Hay que denunciar siempre".

"La Iglesia ha caído en una trampa que es creer que si confías el pecado y te arrepientes te curas para siempre", analiza este catedrático de Sexualidad. En el caso de la pederastia, la gravedad de la Iglesia Católica ha sido doble. La respuesta de los que conocieron los sucesos fue trasladar a los curas abusadores de niños a otras parroquias y, en el mejor de los casos, derivarlos a un psiquiátrico ("hace 30 años no era descabellado"). En segundo lugar, la gravedad es mayor porque la Iglesia Católica defiende una moral sexual "muy restrictiva y obsesiva".

La pederastia no se da sólo en las parroquias sino también en las familias y en las escuelas. Es el reciente caso de la escuela de kárate de Las Palmas.

"Tenemos un gran problema, de dimensiones grandes, y en todas las esferas de este país", sentencia Félix López para el que hay que combatirlo con prevención y denuncia. "No sólo ha sido silenciado por la Iglesia, sino por las madres y los colegios", aunque en el caso de las autoridades eclesiásticas "es más lacerante por su moral restrictiva".

Un informe de Amnistía Internacional, hecho publico en diciembre de 2009, denunciaba este tipo de abusos en los centros de menores custodiados por el Estado y por algunas autonomías como Madrid, Cataluña y Andalucía.

Recomienda a la Iglesia española crear una comisión de investigación como hizo su homóloga canadiense y tomarse el tema "muy en serio", aunque en su opinión "tenía que haberlo hecho mucho antes" no cuando empiezan a destaparse los casos "porque es probable que afecte a puestos relevantes". Y añade "desconocemos si la Iglesia en España tiene datos al respecto".

El único estudio al respecto que existe en España sobre pederastia es el elaborado por este catedrático. El informe que data de 1994, realizado entre adultos de entre 18 y 60 años, arroja que el 15% de los chicos y el 23% de las chicas sufrieron algún tipo de violencia sexual en su infancia.

De ese 23% femenino, el 1% fue cometido por la Iglesia mientras que en el caso del 15% masculino, el 9% fue el clero abusador. Es decir, el estudio afectaba entonces a los que fueron niños de la República y del Franquismo cuando proliferaban los internados y el contexto era más favorecedor.

El silencio

El silencio es el principal aliado de los pederastas. Un 30% de los niños víctimas de abusos nunca dijeron nada a nadie y optaron por olvidar. Un estudio que no se ha vuelto a elaborar lo que impide conocer la evolución de los abusos sexuales a menores en España.

El perfil del agresor va asociado al hecho de ser varón y da igual que sea homosexual que hetereosexual. "La sexualidad del varón es más explícita y está más relacionada con el sexo ocasional sin compromiso", explica Félix López.

La Iglesia ha tratado a los abusadores como "enfermos" y "pecadores" y para este catedrático la pederastia no es ninguna enfermedad sino que la ejercen sujetos "mal socializados, con una falta de ética radical". Los abusadores no tienen interiorizados los valores de respeto a la infancia, de "no hacerla daño", auqnue los hay que tienen esos valores pero son incapaces de cumplirlos.