Pesquero español escapa de dos lanchas piratas en el océano Indico

Pesquero español escapa de dos lanchas piratas en el océano Indico
Esta es la segunda persecución en dos semanas a un pesquero vasco, que es repelida por disparos de la seguridad privada a bordo de los atuneros.
El pesquero español "Elai Alai" evitó hoy un asalto de dos lanchas piratas en el océano Indico, después de que la seguridad privada a bordo del atunero efectuó varios disparos disuasorios.

El hecho ocurrió esta mañana a unas 200 millas al oeste de la Isla de Mahé, la más grande del archipiélago de las Seychelles, cuando el "Elai Alai" detectó que era seguido por dos esquifes de piratas.

El pesquero, que salió el sábado de las islas Seychelles y que lleva una tripulación de unos 30 hombres, puso en marcha las maniobras de emergencia y activó los protocolos de actuación previstos para estos casos, en los que los tripulantes se ponen a cubierto.

Después de una hora de persecución, las embarcaciones se acercaron al atunero "más de lo debido", según las mismas fuentes, por lo que los guardas de seguridad que protegen el pesquero realizaron varios disparos de advertencia que han disuadido a los piratas de continuar el acoso.

Ningún marinero resultó afectado y el atunero abandonó la zona sin más contratiempos.

Esta es la segunda persecución en dos semanas a un pesquero vasco en el Indico que es abortada por disparos de la seguridad privada a bordo de los atuneros tras la que tuvo lugar el pasado día 17, en la que los guardas del "Ortube Berria" repelieron a tiros un esquife pirata.

"Siempre piensas que le va a tocar a otros, pero llega el día y te quedas helada"
Familiares de los baioneses en el barco vivieron ayer con tensión el altercado en alta mar

NELI PILLADO - BAIONA "¿De verdad no les ha pasado nada?" La pregunta de Isabel Vicente, esposa del baionés Jorge Goce Otero, cocinero del "Elai Alai", revelaba con claridad su estado de nerviosismo. Fue la primera frase que pronunció al recibir a FARO en su casa de la parroquia de Mougás, en el municipio pontevedrés de Oia, donde la pareja reside con sus dos hijos. Y es que la mujer estaba al borde de la desesperación. Había oído por la radio el nombre del barco, pero no logró escuchar la noticia al completo. Conducía su coche cuando la escuchó y "había interferencias". Su marido todavía no la había llamado para certificarle que se encontraba bien.
Respiraba con alivio al saber que el intento de los bucaneros había sido fallido, aunque aseguraba que "la tensión siempre está ahí, aunque tratamos de controlarla". Para lograrlo, Isabel prefiere mantener el optimismo. "Siempre piensas que le va a tocar a otros, pero llega el día y te quedas helada", confesaba tras el susto de ayer.
La serenaba pensar que sus hijos no se habían enterado de nada. "Se ponen muy nerviosos cada vez que escuchan algo de algún barco", señalaba.
Aunque todavía no había hablado con su esposo tras lo ocurrido, confiaba en que "estará bien". Se marchó la semana pasada después de cuatro meses de vacaciones y lo hacía "más o menos tranquilo". "Desde que tienen los vigilantes a bordo van más seguros, aunque también comentaba que ahora hace buen tiempo allí y que los piratas tienen vía libre", señalaba.
El sobresalto se apoderó también ayer de la familia de José Bernardo Leyenda Otero, marinero vecino de Baiona, al conocer lo ocurrido, aunque su mujer e hijos recibieron su llamada telefónica en torno a las tres de la tarde. "Dijo que acababan de levantar el aparejo cuando vieron las dos lanchas acercarse y que los vigilantes dispararon para que se fueran", relataba su hijo David, quien nota cierta resignación en su padre y sus compañeros. "Es algo que ocurre casi cada semana y lo tienen asumido. Lo único que esperamos todos, tanto aquí en tierra como allí, es que nunca pase nada más que esto, superamos el susto y ya está", concluía