La Policía impide que miles de personas entren en la marina

La Policía impide que miles de personas entren en la marina
Los agentes desvían a los jóvenes al paseo marítimo para evitar accidentes con el montaje del circuito

La Policía Local y la seguridad privada del Consorcio tuvieron ayer que acordonar los accesos a la marina para impedir que miles de personas invadieran la zona donde precisamente estos días ha comenzado el montaje del circuito urbano de Fórmula 1. Las paellas regadas con un amplio botellón en el Grao acabaron a media tarde y una avalancha de jóvenes se dirigieron a la dársena interior y el paseo marítimo.
Fuentes del Consorcio Valencia 2007 explicaron el motivo de acordonar la zona e impedir el acceso. «Estamos en medio del proceso de construcción del circuito y hay estructuras a medio poner de gradas y vallas. Es muy peligroso y por eso la Policía Local los ha desalojado».
Cuando parte de las 30.000 personas congregadas en el Grao empezaron a llegar a la dársena, personal del Consorcio decidió cerrar las puertas del parking para impedir el acceso.
Botellas, vasos de plástico, bolsas y grupos tomaron rincones, bancos y aceras para culminar una fiesta «muy mal organizada. Nosotras hemos hecho una hora de cola para comer y al final no nos han dado ni el plato de paella», protestaba Marta, estudiante de Magisterio. A pocos metros, Teresa, alumna de Pedagogía, compartía risas con tres compañeras de clase. «No hemos podido entrar en la discoteca, pero tampoco nos hace falta porque preferimos estar aquí, más a gusto», explicaba mostrando una amplia sonrisa y un cargamento alcohólico considerable.
La masiva llegada de universitarios colapsaba la entrada al puerto y a la playa. Algunos llegaban en coche pero muchos lo hacían a pie y en grupos. En la puerta de la discoteca, entre cervezas y cubatas, comenzaba una particular reventa. «Oye, ¿vosotras queréis una entrada? A cinco euros. Tenemos dos».
Olaya, de segundo de Magisterio, había pagado una de seis euros «que te daba derecho a paella, postre, bebida y entrada al recinto a medio día pero nos hemos quedado sin paella al final y aquí sí hemos podido entrar pero estaba hasta arriba. A mí me han ofrecido la entrada a la discoteca por tres euros pero sé que mucha gente no ha podido entrar». Su compañera Cris, de Odontología, compartía sus críticas. «Esto está muy mal organizado, el año que viene tendrán que hacerlo de otra manera».
Carmen, de Educación Social, compartía botellón en el paseo marítimo con tres amigas más y «estos tres chicos que acabamos de conocer. Cuando hemos pasado por la entrada de la discoteca estaba hasta arriba y hemos preferido venirnos aquí. Al final te lo pasas bien, te traes tu bebida y punto. Entiendo que la organización lo que quiere es ganar dinero».
María y Cristina, estudiantes de primer curso de Pedagogía y Fisioterapia, sí habían podido entrar en la discoteca. «Está a tope. A primera hora no te podías ni mover e, incluso, la gente se ha subido a unas plataformas donde no se puede subir y eso es un peligro. Luego han venido los de seguridad y los ha quitado de ahí».
Fuentes de la vigilancia del recinto de la Marina, donde se tuvo que acordonar la zona a primera hora de la tarde para evitar la entrada de estudiantes, señalaban que la situación «estaba controlada pero como la noche es larga, tenemos que estar bastante pendientes. Al principio sí ha empezado a venir mucha gente, por eso se ha cerrado el aparcamiento y acordonado toda la zona».
«Nosotras es el primer año que venimos y no pensábamos que habría tanta gente. Ha estado bien aunque hemos tenido que hacer una hora de cola a medio día para comer. La gente se colaba por las vallas. Aquí sí hemos podido entrar pero nos vamos ya, la gente va bastante pasada y ya hemos visto varias peleas», comentaba Claudia mientras ayudaba a una amiga a marcharse a casa.