Un inmigrante colombiano recibe una brutal paliza en el Metro de Madrid

Un inmigrante colombiano recibe una brutal paliza en el Metro de Madrid
• El agredido había protestado porque un vigilante le impidió utilizar un ascensor
Ramón, un hombre de 43 años de origen colombiano, fue reducido y golpeado brutalmente por cuatro vigilantes del metro de Madrid el pasado mes de noviembre y ha pasado varios meses de baja a consecuencia de las lesiones.

El agredido se había quejado, momentos antes de la agresión, de que un vigilante le impidiera, con malos modos, utilizar un ascensor.

Acto seguido, los cuatro vigilantes le rodearon, le patearon en el suelo y le azuzaron a un perro. Todo quedó recogido por las cámaras de seguridad del Metro. La paliza duró 6 minutos. El parte de lesiones fue muy claro. Asegura que Ramón había sido víctima de una agresión salvaje. La compañía del Metro de Madrid lamentó la paliza y retiró del servicio a dos de los vigilantes.

Ramón, que denunció la agresión, está a la espera de la actuación de la justicia.

El hombre apaleado por los vigilantes: "Ya no cojo el metro, tengo miedo"
El agredido en el metro de Madrid, Ramón de Jesús, ha estado en el plató de Espejo Público de Antena 3, y ha asegurado que la paliza le ha dejado secuelas. "He perdido el apetito, casi no duermo", ha asegurado. "Ya no cojo el metro, tengo miedo", ha añadido Ramón.

Ramón ha contado que el día que sucedieron los hechos venía de celebrar con su esposa su segundo aniversario de boda en compañía de unos amigos. Fue sobre las 23.30 horas cuando decidieron regresar a su casa.

"Subimos al metro en Moncloa y ya llegando a la estación de Puerta del Sur, cuando nos faltaba una estación para llegar a casa, fuimos a coger el ascensor para bajar al otro andén y fue cuando el vigilante –que creía que iban a orinar en el ascensor- nos persigue y ya nos impide el paso para acceder al ascensor", ha contado.

Al parecer, un amigo de Ramón le preguntó que por qué les impedía acceder al ascensor, y el vigilante le dijo que se callara, llamándole "sudaca de mierda" y "te vamos a matar".

Y a partir de ese momento empezó a golpearle repetidamente, al tiempo que acudían otros tres vigilantes de seguridad. "Yo nunca le levanté la mano", ha dicho Ramón que también ha explicado que puso una denuncia aunque no la realizó de manera correcta.