Quién teme a wikileaks

Quién teme a wikileaks

Cuentan los compañeros del periódico “El País” que el culebrón wikileaks, en la parte que se refiere a España, va a dar mucho más de sí; que esos miles de cables y documentos que dejan al descubierto vergüenzas y miserias de políticos, diplomáticos y altos funcionarios del Estado son una mina, una fuente casi inagotable de episodios que, supuestamente, dejan al descubierto la actitud prepotente y la extorsión de la administración estadounidense frente al servilismo de la española.

En el periódico del Grupo PRISA han creado un buscador específico y tienen a un equipo de 31 personas dedicadas única y exclusivamente a cribar las informaciones que van a ir goteando a diario e inundando sus portadas de episodios que, cuando menos, escandalizan, por no decir que pueden llegar incluso a dar pie a iniciar alguna actuación legal en los tribunales. Los familiares del reportero gráfico español, José Couso, fallecido en 2003, a causa de los disparos de un carro de combate de EE.UU, durante la invasión de Irak, ya está barajando la posibilidad de emprender acciones legales contra el Fiscal General del Estado, Candido Conde Pumpido, así como el Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, por su supuesta colaboración (así al menos lo relata el embajador estadounidense de la época) en los intentos de EE.UU. por tratar de que la muerte de Couso, en su condición de “crimen de guerra”, no prosperase en sus trámites judiciales y, por supuesto, no cayese en manos del “peligroso” juez Baltasar Garzón.
Curiosamente, populares y socialistas, que son incapaces de ponerse de acuerdo en nada (salvo en guardar las espaldas a bancos y Cajas de Ahorros sin que los ciudadanos sepamos de la misa a la media) coinciden en manifestar su incomodidad ante el fenómeno wikileaks. En este asunto sí funciona el “hoy por ti, mañana por mí”. Y es que, según los compañeros de PRISA, hoy se despachan con el gobierno Zapatero, pero tienen guardados los cables que afectan también a la gestión del gobierno de José María Aznar. Y lo sacarán a la luz cuando lo estimen oportuno. Todos temen que wikileaks tire de la manta y deje al descubierto sus miserias. Políticos, diplomáticos y altos funcionarios se preguntan cada mañana “¿Acaso seré yo el próximo?”
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